OPINIÓN. «Juego de Troncos X (2ª Temporada)», por Felipe Morales

La tregua pacífica durante las fiestas del Nacimiento del Niño Ayoze en el Portal de Cardón terminó. Apenas unos días después, un nuevo frente de batalla, largamente larvado, emergió y se sumó a todos los que aquejaban a los habitantes de Isla Seca… En muchos lugares los robos, las reyertas callejeras e, incluso, algunos asesinatos provocaron el pánico y la indignación entre los súbditos y desencadenaron revueltas entre los moradores de varios reinos de la isla. Todos culpaban a sus propios reyes y reinas locales de su inseguridad, pero estos acusaban al Imperio Ibericus de no enviar suficientes soldados para atajar el bandidaje y la violencia. La reina Loila II, por su parte, decía que ella no podía estar en todo y que si se ponía a dar garrotazos a los ladrones, no podría seguir arreglando las tuberías rotas del agua.

El rey de Olivaria, Isahí Lo Bianco, desbordado por las protestas de su pueblo, financió la puesta en marcha de una guardia itálica y destinó a una decena de gladiadores a hacer rondas nocturnas por sus laberínticas calles. Desde el mar, varias góndolas vigilarían la costa para detener a los villanos que huyeran nadando hacia la Isla de los Lobos.

David El Ungido, rey de Puerto Capitalis, creó un ejército de cruceristas desplazado desde tierras lejanas en los grandes buques que atracaban casi a diario en sus diques.

En Twineshe, la reina Kande-Laria montó un cuerpo de cangrejos antidisturbios, pero la líder local de la Orden de la Gaviota y ex reina Lady Estther, la tildó nuevamente de gandula y cobarde, y prometió que ella misma saldría a poner orden con una chancla.

El otro reino con trifulcas era Pajarelia, y su rey, Alessandro de la Carpa, uniformó con cascos y armaduras a los luchadores de El Saladar -los más fornidos y diestros de toda Isla Seca- y creó con ellos cuatro guarniciones de ataque y defensa: una de agarre, otra de cogida, una tercera de bloqueo y la cuarta de desvío. Solo en los primeros días detuvieron a decenas de malhechores a base de pardeleras y cogidas de muslo.

Todas esas medidas parecieron aplacar los ánimos de los súbditos y la reina Loila, que se acercaba ya a la mitad de su reinado, aprovechó para retirarse unos días y meditar. Se subió a la Montaña de la Muda e invocó a la Diosa-Ardilla Chaxiraxi; le confesó que seguía estando hasta la coronilla de tanto problema y le rogó que la iluminara para vislumbrar su futuro. Desde un llano de La Matilla le llegó una voz masculina que le decía: <<En el próximo reinado mejor no sigues y vuelves a la Corte de las Hespérides, que estarás más tranquilita>>. Una gaviota que revoloteaba sobre la montaña se posó en su hombro derecho y le susurró: <<Vuelve con nosotros; Jeisi-Ká te echa de menos… Blasón es malo, Blasón es malo, vuelve con nosotros>>. Un cangrejo gigante que hablaba de adelante para atrás en una lengua que solo la reina comprendía, le murmuraba: <<Regresa a casa, los niños del Blairzy te necesitan>>… Loila II bajó de la montaña con más dolor de cabeza que con el que subió.

Al llegar a la Casa-Palacio, la reina se reunió con la Tesorera del reino Nur-ya Cabrerister, que le había hecho la cuenta de la vieja con los presupuestos del reino común para el siguiente ciclo de gastos y le dijo: <<Triplica el gasto previsto para tilas, manzanillas y greña millo>>.

Las Órdenes de Poder de Isla Seca ya tenían puesta su vista en la gran batalla para el próximo reinado. Comenzaban así las primeras estrategias y disputas en el seno de todas ellas entre los pretendientes de cada una a ocupar el Trono de Piedra. ¿Querría Loila II pasar a ser Loila III o sería David El Ungido el nuevo líder de la Orden de la Ardilla? ¿Se convertiría Blasón de la Costa en una rosa inmortal o algún capullo rebelde le cortaría el pedúnculo? ¿Regresaría Jeisi-Ká Lengua de León a Isla Seca volando en su cabra-dragón? ¿Seguiría el espíritu de Árgueda de Montelargo vagando por los salones de la Casa Palacio? Continuará

Fin de la 2ª temporada