Texto: Janey Castañeyra.
La Asociación Fuerteventura Sostenible, colectivo que lleva advirtiendo de la problemática derivada de este modelo de implantación de renovables, ofrece una visión global de lo que está ocurriendo: “La realidad es que el sector eléctrico en España es un monopolio a varios niveles (generación, transporte y distribución) y únicamente se ha liberalizado la comercialización. Puedes elegir quién te hace la factura, pero no quién genera la electricidad que consumes”. En Fuerteventura estas compañías serían Endesa y los promotores de los parques, casi el 100% en manos de Iberdrola y Naturgy, en última instancia. “Tampoco puedes elegir quien transporta la energía a alta o muy alta tensión hasta el lugar donde vives, ya que se considera monopolio natural legalmente reconocido en manos de Red Eléctrica de España”, en referencia a esta compañía inicialmente pública y actualmente privatizada donde el Estado únicamente participa en un 20% a través de SEPI.
Esta explicación la refrendan empresarios del sector de las renovables en Fuerteventura, que se posicionan en contra del modelo implantado en la Isla. “Aquí hay empresas trabajando, pero a lo que se está haciendo solo pueden llegar las multinacionales”, lamenta José Luis Rodríguez desde su empresa de instalaciones fotovoltaicas, Infuer. “No estoy de acuerdo con esto, sobre todo porque vivimos en islas y porque lo que están haciendo es masificar. Lo que pedimos es que las renovables reviertan en la gente y que la riqueza pueda estar repartida”. Para él sería prácticamente imposible acometer un proyecto de este tipo por los trámites, pero, sobre todo, porque de hacer una instalación privada para verter en la red, tendría que negociar con las comercializadoras el precio de venta, una situación en que las grandes empresas tienen la sartén por el mango.
Asimismo, las multinacionales que han recibido autorización para instalar grandes parques de renovables en la Isla cuentan con las subvenciones del Estado provenientes de los fondos europeos FEDER. Por ejemplo, el Parque Eólico Puerto del Rosario recibe 13 millones de los 35 presupuestados, un 37% del total.
En el lado contrario, un modelo mixto o enteramente público revertiría directamente en la población. Es el caso de los aerogeneradores de autoconsumo del Caaf, cuya producción permite a la entidad ahorrar costes energéticos en el proceso de desalación de agua. Por ejemplo, los aerogeneradores del parque eólico de Corralejo pueden llegar a producir el 80% de la energía que consume la planta o ahorrar el Consorcio en un mismo mes hasta 50.000 euros de costes energéticos, de un total de 180.000.
También está el caso de Lanzarote, donde el 80% de los parques eólicos se ha instalado mediante un modelo mixto en que participan el Cabildo, a través del Consorcio de Aguas, y los ayuntamientos conejeros. Lo resume Eduardo Vidarte al afirmar que “la meteorología, la energía de la naturaleza, son bienes de todos. El sol y el viento son recursos renovables, pero el territorio no lo es, sobre todo en las Islas, y es por eso que debemos cuidarlo y conservarlo”.