La Concejalía de Playas y Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Oliva ha instalado el primer desfibrilador en la Isla de Lobos. El aparato se encuentra en la Playa del Puertito, junto al Restaurante Antoñito el Farero.
Las paradas cardiorrespiratorias pueden sucederle a cualquier persona y en cualquier lugar. Los desfibriladores son dispositivos capaces de examinar el ritmo cardiaco para determinar cuándo es necesario proporcionar una descarga eléctrica, mientras una voz pregrabada da instrucciones de lo que tiene que hacer la persona que lo está utilizando.
La ubicación de un desfibrilador (DEA) en ciertos lugares y la intervención inmediata de personas con conocimientos de reanimación cardiopulmonar (RCP) son fundamentales para que el afectado pueda sobrevivir.
“El Ayuntamiento de La Oliva ha optado por introducir un desfibrilador en la Isla de Lobos debido a que es un espacio sin ningún centro sanitario cerca por el que pasan decenas de personas al día. El contar con un DEA aporta confianza a los visitantes, pues se garantiza una asistencia más ágil en caso de que sea necesario su uso”, destaca la alcaldesa Pilar González.
“A partir de ahora, si ocurre alguna emergencia en el Islote, cualquier persona podrá activar el dispositivo y contactar con el 112 para recibir las instrucciones pertinentes para atender al afectado, aunque no tenga los conocimientos acreditados y siempre que no haya nadie formado en las proximidades”, apunta el concejal de Playas y Medio Ambiente, Julio Santana
Santana señala, además, que disponer de un desfibrilador en la Isla de Lobos “es necesario para ofrecer una mayor seguridad a los visitantes, pues de esta forma logramos aumentar la supervivencia en caso de parada cardiaca y evitar sus posibles secuelas”.