La experiencia, basada en la asfixia del rizoma con agua salada, evaluará su eficacia para controlar esta planta invasora
El Cabildo de Fuerteventura ha puesto en marcha una prueba piloto para frenar la proliferación del carrizo (Arundo donax) en el Saladar de Jandía, mediante un sistema de inundación con agua salada que busca asfixiar el rizoma de esta especie invasora.
La iniciativa se enmarca en el programa ‘Fuerteventura, bonita por naturaleza’ y afecta a una superficie de 1.200 metros cuadrados del saladar, donde se han aplicado 75 metros cúbicos de agua salada para sumergir el tallo subterráneo del carrizo. El objetivo es evaluar si esta técnica resulta efectiva para contener la expansión de la planta, cuya presencia compromete la biodiversidad del ecosistema y representa un riesgo de inundaciones para las zonas urbanas y turísticas cercanas.
El proyecto ha sido ejecutado a través de Gesplan y cuenta con la implicación del Servicio de Medio Ambiente y el Servicio de Obras y Maquinaria del Cabildo. En diciembre pasado ya se habían realizado labores de desbroce, pero la alta capacidad de regeneración del carrizo llevó a plantear esta nueva estrategia.
La presidenta del Cabildo, Lola García, destacó la importancia de esta acción frente a una de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. “Esta actuación es clave para proteger el mayor humedal de Canarias”, afirmó.
Por su parte, el consejero de Infraestructuras, Blas Acosta, advirtió que estos cañaverales pueden alcanzar los seis metros de altura y formar colonias densas que amenazan tanto al ecosistema como a la actividad turística de la zona. El consejero de Medio Ambiente, Carlos Rodríguez, subrayó que el Saladar de Jandía, declarado espacio natural protegido en 1994, representa una de las joyas naturales de Fuerteventura y un ecosistema único en el archipiélago.