Con carteles en los que se podía leer ‘Este hotel no se tira’, los trabajadores y trabajadoras de los hoteles Oliva Beach y Tres Islas, pertenecientes a la cadena Riu, mostraron este mediodía su oposición a las decisiones del Ministerio de Transición Ecológica de, por un lado, caducar de manera acelerada la concesión administrativa del Tres Isla, que tiene autorización hasta 2037 para desarrollar la actividad turística, y, por otro lado, imposibilitar la autorización que permitiría la renovación del hotel Oliva Beach, que garantizaría la continuidad de la actividad en este hotel.
De ambas decisiones depende el futuro de más de 700 familias, las que suman los trabajadores y trabajadoras de ambos hoteles, que hoy han vuelto a salir a la calle por el temor de que el tiempo corre en su contra y ante el miedo, en el caso de la plantilla del Tres Islas, de quedarse sin trabajo en un mes si nada cambia antes.
Reclaman al Ministerio que haga efectivo el traspaso de competencias en materia de Costas en favor del Gobierno de Canarias, que fue aprobado en 2018 con el nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias. Ello evitaría dejar en manos de Madrid la tramitación de los expedientes administrativos.
El personal de ambos hoteles estuvo acompañado en su reivindicación por la Corporación de La Oliva, con la alcaldesa Pilar González a la cabeza; representantes del Gobierno insular, entre ellos la vicepresidenta primera, Lola García; el vicepresidente segundo, Claudio Gutiérrez; la consejera de Turismo, Jessica de León; o la consejera de Educación y Juventud, María Saavedra, entre otros; además de los responsables insulares de CC, Mario Cabrera; y PP, Fernando Enseñat.
Los trabajadores y trabajadoras contaron, además, con la presencia del presidente de los populares en Canarias, Manuel Domínguez, quien hizo suyas las reivindicaciones planteadas por el personal de ambos hoteles y con quienes se comprometió a mantener su firme apoyo para que no se pierda ni uno solo de los 700 puestos de trabajo que actualmente peligran.