El domingo pasado después de misa, el Cabildo convocó a los seis ayuntamientos de la isla a una Conferencia de Paz en el Palacio de Formación y Congrios con Queso de Fuerteventura con objeto de organizar conjuntamente las fiestas navideñas de este año. Al evento asistieron todos los consejeros insulares, todos los concejales municipales y, también, el Chef José Andrés y Jennifer López, aunque nadie los había invitado. El auditorio estaba a reventar cuando la presidenta cabildicia tomó la palabra y un Tranquimazín, expresando su preocupación por la Navidad de este año, que temía que fuera a ser la más pobre y mustia desde 1492, debido a que la Isla está en emergencia hídrica por la falta de agua, en emergencia energética por la falta de megavatios, en emergencia habitacional por la falta de viviendas, en emergencia migratoria por el exceso de pateras, en emergencia sanitaria por la falta de médicos, en emergencia climática por la solajera y la calima de mayo a octubre… y tuvo que parar porque con el llanto se le ahogaban las palabras. El vicepresidente le pasó un clínex para que se secara los lagrimales, pero la oyó balbucear <<y, encima, Jéssica ya no está>>. Al oír el discurso de la presidenta, uno de los concejales le dijo a otro al oído <<solo nos falta una guerra para estar como en la Franja de Gaza>>. <<Chacho, no seas animal>>, le respondió el compañero. <<Pues Marruecos lo tenemos ahí al lado>>, le barruntó su amigo.
Ante esta terrible situación y en su intención de buscar una solución para las Pascuas, la presidenta solicitó hacer una lluvia de ideas a nivel internacional. Por ello, había solicitado asesoramiento al secretario de Estado de EEUU, que envió un vídeo por WhatsApp, pero como ninguno de los asistentes hablaba inglés y no había traducción, porque también había emergencia por falta de pinganillos, nadie entendió la propuesta estadounidense. A continuación, se hizo una conexión online por videoconferencia con el rey emérito, que apareció en la pantalla gigante desde Abu Dabi. Se le ocurrió que, si Fuerteventura se convertía al islam y los majoreros se hacían musulmanes, no habría Navidad que celebrar y que muerto el perro se acabó la rabia. <<Al fin y al cabo es lo que yo he hecho residiendo en los Emiratos; ahora no tengo que pagar impuestos, pero sigo siendo el rey>> remató, con una carcajada. Era obvio que eso iba contra la legalidad Vicente y la idea ni se debatió. Por otro lado, la consejera de Asuntos Exteriores del Cabildo había contactado con el Gobierno de Finlandia y le había propuesto firmar un convenio de colaboración para intercambiar abetos por truchas de batata, pero desde Helsinki respondieron que ellos de truchas y salmones ya estaban hartos y que solo estaban dispuestos si el intercambio era por quesos frescos, lo cual, evidentemente, no salía a cuenta.
En vista del fracaso de las propuestas internacionales, los alcaldes aportaron remedios más humildes y realistas:
El de Betancuria se ofreció a hacer él mismo de Papá Noel, porque estaba gordito y tenía la barba blanca, siempre y cuando los regalos los pusiera el Cabildo. El de La Oliva planteó volver a colgar por las calles los pulpos reciclados que había puesto seis años atrás. El de Antigua ofertaría clases de zumba con villancicos. El de Pájara dijo que las postales se podían colgar en La Pared. Finalmente, la alcaldesa de Tuineje solicitaría a todas las vecinas que se llamen Mari Nieves que se pongan en las montañas y así blanquearlas como si fuera Laponia… Al saber la mierda de Navidad que estaban preparando, la gente empezó a protestar masivamente en las afueras del Palacio.
Así que, ante la presión popular, acordaron por unanimiedad declarar la emergencia navideña, ya que era lo lógico tras haber declarado las emergencias hídrica, energética, habitacional, migratoria, sanitaria, climática, etc., y solicitando por ello la intervención del ejército entre el 24 de diciembre y el 6 de enero para que los soldados representen un belén viviente en el campo de tiro de Pájara.
La Conferencia acabó con un concierto de Jennifer López en la Sala Chillona y una degustación de mejillones ilegales al vapor cocinados gratis por el Chef José Andrés.