Desde que cumplí la mayoría de edad he participado en todos los comicios electorales. Por supuesto, ejerciendo mi derecho al voto, siendo presidenta o interventora en mesa, colocando carteles o embuchando/repartiendo papeletas.
Considero cada convocatoria como una fiesta donde la ciudadanía puede elegir representantes. Es cierto que, en ocasiones, nos quejamos porque no nos viene bien o significa gasto y trabajo extra, pero la otra alternativa es mucho peor porque significaría no tener la opción de decidir.
Me encantaría que llegara el día donde la participación sea del 100%. Y que lo hiciéramos con ilusión y alegría. Por desgracia, actualmente no pasa eso. Pasa que existe cierta apatía, desmotivación y decepción hacia la clase política. Esto debería hacernos reflexionar.
Cuando las organizaciones políticas, TODAS, se convierten en círculos cerrados que giran sobre sí mismos ajenos a la realidad del ciudadano, pasa lo que pasa. Espero que llegue el día donde TODOS los partidos políticos sean espacios de debate, donde el diálogo y el consenso sea el día a día, que nadie sea dueño por cuotas de ninguna agrupación y la transparencia sea nuestra compañera de viaje.
Confío plenamente en la democracia y en nuestra capacidad para ir mejorándola. Por supuesto, respeto a todas las opciones políticas, los grandes, los medianos y los pequeños; aquellos con más recorrido y los que acaban de iniciarse (pero copian a veces hasta mal de los antiguos) … pero en mi humilde opinión necesitamos un “reseteo” para actualizarnos y adaptarnos a la nueva realidad: una sociedad conformada por individuos cada día más formados y muy críticos, que demandan seriedad y transparencia continuada.
La ciudadanía en ningún momento entrega un cheque en blanco: por mucho que le guste o no el político de turno, son los Partidos quienes deben tener, entregar y hacer realidad un documento llamado Programa. Quizás toca dar más importancia al contenido, profundizar en el mismo y menos al cartel.
Seamos inteligentes y consigamos crear organizaciones abiertas, plurales, transparentes, dinámicas y empáticas. Confío plenamente en la ciudadanía, tanto cuando mi organización política, el PSOE por si no lo sabías, obtiene un respaldo mayoritario como cuando no lo hace.
Mi respeto absoluto a la decisión individual que ejerciendo su voto decide. La esencia de la democracia es que cada voto tiene el mismo valor, es el único momento donde de verdad TODAS/OS somos iguales. Quizás ha llegado el momento de valorar aún más esta acción, pensando en sus consecuencias a nivel global y local. Siendo consciente de que es una decisión que puede cambiar aspectos de tu vida y de aquellos que te rodean, donde TÚ decides qué tipos de políticas diversas quieres, en materia de salarios, pensiones, becas, derechos sociales, etc. Quizás toca hacer valer un voto útil que no permita retroceder ni derogar aquello que defendemos.
Parece ser que en la última convocatoria electoral, por diferentes circunstancias, la derecha, sea nacional o nacionalista, ha ganado a nivel general, aunque no ha sido así en Canarias donde la persona con más apoyos ha sido Ángel Víctor. Afrontaremos una nueva cita y de nuevo será cada voto, cada decisión personal, quien decida el resultado. Eso sí, solo espero que se libre una batalla, y es contra la indiferencia, la apatía y la desmotivación. Porque la mayor fiesta de la democracia es la de poder decidir ejerciendo nuestro derecho al voto.