El ayuno intermitente consiste en una “ventana” en la que pasas ciertas horas continuas sin comer y, posteriormente, te alimentas; de ahí que “des-ayuno” se llame así, pues es cuando rompes esa ventana de ayuno nocturno durante las horas de sueño con la primera comida del día. Y aunque se ha puesto de moda, es algo que se ha hecho siempre y que, seguramente, hayas llevado a cabo sin darte cuenta. Basta con cenar pronto y desayunar tarde.
Hay varios tipos: ayuno de 24 horas o de más días; de 16/8 donde se ayuna 16 horas con una ventana de alimentación de 8 horas; de 14/10; y de 12/12. Quizá este último sea el más fácil para empezar a practicarlo.
Uno de los beneficios más importantes del ayuno intermitente es la activación del complejo motor migratorio (CMM). El CMM consiste en unos movimientos peristálticos ocurridos en el intestino delgado que dirigen los restos de alimentos y bacterias que hayan podido quedar tras las comidas hacia el intestino grueso, para que puedan ser eliminados durante la defecación, evitando así cualquier tipo de infección o disbiosis. Metafóricamente, el CMM sería el barrendero que limpia la calle, es decir, nuestro intestino, para que esta quede perfectamente limpia y sin rastros de basura. Pero para que a este barrendero le dé tiempo a dejar la calle impecable, tiene que haber un ayuno mínimo de 2-4 horas. Por lo que no, pese a como nos han hecho creer siempre, no es necesario comer 5 veces al día. De hecho, en personas con patologías intestinales comer de manera continua sin permitir un descanso digestivo puede resultar, incluso, perjudicial.
Entonces, ¿cualquiera puede realizar ayunos intermitentes? No. El ayuno intermitente se desaconseja en personas que tomen medicación diaria, en personas que presenten trastornos de la conducta alimentaria y en embarazadas o en periodos de lactancia. Asimismo, habría que analizar el caso de personas con diabetes y de deportistas, según cuál sea el objetivo.
Pero, ¿y si quiero bajar de peso? En ese caso no dependerá tanto del ayuno que hagas, sino de lo que comas y cómo comas durante la ventana de alimentación. Si durante este tiempo realizas un déficit calórico acompañado de actividad física probablemente mejorarás tu composición corporal, pero no por el ayuno en sí.
El ayuno intermitente es una herramienta que podrá ser utilizada o no; dependerá del contexto de cada persona.