REPORTAJE. «Lloret logra el equilibrio insular: de norte a sur sin agua»

22 de abril de 2023. Cientos de personas se concentran en torno a la plaza de La Lajita para protestar, con cacerolada incluida, por los continuos cortes en el suministro de agua que impiden a los vecinos del sur de la Isla llevar una vida normal. En el centro de la diana vecinal se encuentran el presidente del Cabildo de Fuerteventura y presidente del CAAF, Sergio Lloret, y el alcalde de Pájara, Pedro Armas, que habrían acudido hasta La Lajita para mezclarse entre los ciudadanos con motivo de las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Después de varios meses con continuos cortes de agua que no permiten ni llenar los depósitos domésticos, la ciudadanía no está para mucha fiesta.

La Lajita, Cardón, Las Hermosas, La Pared, Marcos Sánchez, Tarajalejo, Tesejerague,… estos y otros enclaves han sufrido históricamente cortes de agua en el sur de la Isla. Los motivos son varios. El principal centro de producción se encuentra en Puerto del Rosario, desde donde ha de venir el caudal de agua potable más importante hasta el sur de la Isla.

Este caudal se complementa con la desaladora de Gran Tarajal que, además de ser de menor producción, cuando no está rota se encuentra con otro problema: a marea vacía no puede estar operativa debido a que no llega la toma para recoger el agua del mar.
Pero, a pesar de estos y otros inconvenientes relacionados con la planificación deficiente del suministro de agua en el sur majorero, los cortes que se producían hasta la fecha nunca habían llegado a ser de varios meses consecutivos, tal y como ocurre en la actualidad.

A ello se suma ahora un nuevo hito: el problema de abastecimiento de agua se ha extendido a toda la Isla. Ya no es un problema que sufren únicamente los vecinos de los municipios de Tuineje y Pájara, sino que la (ausencia de) gestión de Sergio Lloret, máximo responsable del CAAF, ha conseguido que la falta de agua se haya extendido a otros lugares como Valle de Santa Inés, Playa Blanca, La Mareta, Puerto del Rosario, La Oliva, Lajares, Villaverde… La lista de nuevos enclaves con permanentes y prolongados cortes de agua crece a medida que pasan los días. Cuando el presidente decía que iba a pelear por el “equilibrio insular”, nadie habría pensado que ese equilibrio tendría que ver con restringir un servicio tan esencial como es el agua a los vecinos del norte y sur majorero. Técnicamente, el equilibrio se ha conseguido.

Picabas

En varias ocasiones, tal y como también ocurrió en La Lajita el pasado 22 de abril, el presidente Lloret ha señalado que “el problema ha estado en quienes tuvieron la responsabilidad y la obligación de poner en marcha las acciones para resolver este problema y no lo hicieron”, añadiendo además que “no es un problema imprevisto que ha surgido de la noche a la mañana, desde hace 20 años se sabía que esto iba a pasar”.

Efectivamente, en 2004 el Cabildo encarga un proyecto denominado Plan Territorial especial y anteproyecto del sistema de abastecimiento hidráulico de Fuerteventura, por un importe cercano a los 147.000 euros según fuentes consultadas, a un equipo liderado por un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos que con el tiempo se convertiría en el presidente del Cabildo Sergio Lloret. El objetivo de este proyecto era (y sigue siendo) renovar el ciclo de producción de agua en Fuerteventura. De hecho, parte de las obras incluidas en el Plan Insular de Cooperación de Garantías de Abastecimiento Domiciliario de Agua Isla de Fuerteventura, conocido como PICABAS, proceden de aquel trabajo que se encargó hace casi dos décadas.

Debido a lo anterior, el actual presidente del Cabildo siempre ha sido conocedor de cuáles son las necesidades hidráulicas de Fuerteventura. Pero, además, hay que tener en cuenta que Sergio Lloret ha sido durante estos cuatro años consejero de Obras Públicas, además de Ordenación del Territorio, Carreteras, Cooperación Municipal y Gestión de Bienes (la Presidencia del Cabildo solo la ostenta desde 2021) y que siempre ha sido el responsable de ejecutar, mediante convenio con el CAAF, todas las obras incluidas en el PICABAS. Por tanto, ¿qué ha fallado para que en estos cuatro años no se haya solventado si no todo, al menos una gran parte del problema del agua en Fuerteventura?

El pasado mes de enero, el Cabildo informaba de que la redacción de los tres principales proyectos del PICABAS “precisará de alrededor de un año y medio”, según palabras textuales del presidente. Es decir, los principales proyectos del PICABAS no estarán redactados hasta 2024 y hasta esa fecha no se podrán licitar. Este es un ejemplo de cómo se ha llevado al extremo el retraso de las obras.

El PICABAS es un plan que, aunque nació en 2020, ha tenido una difícil ejecución debido a las múltiples modificaciones que ha sufrido hasta el presente por parte del responsable de la Consejería insular de Obras (la última de esas modificaciones tuvo lugar el pasado 22 de diciembre de 2022), y eso a pesar de que la primera emergencia hídrica en la Isla se decreta en enero de 2020, como consecuencia de la pandemia, lo que permitía ejecutar obras sin tener que pasar por todo el entramado burocrático administrativo. En virtud de ese primer decreto se ejecutaron una serie de obras, que se incluirían con posterioridad en el PICABAS como ejecutadas. En este punto cabe recordar también que “la emergencia hídrica tiene una duración de seis meses, que hay que prorrogar”, señala el ex presidente insular, Blas Acosta. Pero cuando Lloret asume la Presidencia, se deja caducar esa emergencia hídrica, por lo que “tuvieron que declarar una nueva”, recuerda.

El PICABAS cuenta con una ficha financiera de 238 millones de euros a ejecutar desde 2020 hasta 2026. Entre 2020 y 2023 estaba previsto un gasto de 27 millones de euros (el grueso se empezaría a ejecutar a partir de 2024). Sin embargo, de esos 27 millones de euros, solo se ha ejecutado un 45%, es decir, unos 11 millones de euros. Entre las obras incluidas en este paquete, pero que aún no han finalizado, está la canalización de más de 4,5 kilómetros de tubería entre el EDAM Puerto del Rosario y los depósitos de la Herradura para garantizar el suministro de agua desde la arteria principal de abastecimiento de la Isla.

Planes sin ejecutar

La insuficiente gestión para acabar con el problema del suministro del agua en Fuerteventura no es un tema aislado en el expediente del presidente Sergio Lloret. A lo largo de esta legislatura se pueden encontrar más ejemplos que avalan su deficiente trabajo para sacar adelante los asuntos que preocupan a la ciudadanía. Si bien llevar el agua a cada domicilio de esta isla es una prioridad incuestionable, hay otros temas que durante el próximo mandato esperan tener mayor suerte que la que han tenido hasta ahora. Entre ellas, el Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura, la herramienta fundamental que permitirá definir el modelo de desarrollo económico, social y medioambiental de la Isla; pero también el Plan Territorial Especial para la implantación de Energías Renovables en la Isla y la Ordenanza insular para las acampadas e implantación de campings; o los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) de los cuatro Espacios Naturales protegidos dependientes del Cabildo de Fuerteventura: el Parque Rural de Betancuria, el Parque Natural Islote de Lobos, el Parque Natural de Las Dunas de Corralejo y el Parque Natural de Jandía; por nombrar solo algunos de los 14 instrumentos de ordenación que se comprometió a culminar en 2019, en 2020, en 2021 y en 2022.

El Plan Insular de Travesías, la Residencia de Mayores y la Ciudad Deportiva de Gran Tarajal o la inmensa cantidad de obras incluidas en el Plan Insular de Cooperación con los Ayuntamientos (PICOS) se suman también a la lista anterior, a la espera de mejores tiempos.