OPINIÓN. «Canarias afronta un periodo clave de su historia» por Fernando Clavijo Batlle

Canarias comienza a escribir un nuevo capítulo de su historia como país. Con la constitución del Parlamento de Canarias, el día 27 de junio, ha arrancado la undécima legislatura de la Comunidad Autónoma derivada de las elecciones celebradas el 28 de mayo. Un periodo legislativo de cuatro años en los que nuestro archipiélago debe completar el proceso de recuperación tras los años marcados por la pandemia de Covid-19 y seguir tejiendo la hoja de ruta con la que Canarias afrontará un ciclo político, social y económico muy importante tanto en el Estado español como en el conjunto de la Unión Europea (UE).
En ambos escenarios políticos, Canarias tiene que continuar trabajando por su progreso real y efectivo y también luchando por los derechos fundamentales que nos corresponden como sociedad. Trabajando juntos desde la idea clave de tejer los mayores consensos posibles en la sociedad y entre los actores políticos y económicos con el objetivo irrenunciable de obtener resultados tangibles en aquellas acciones políticas que están enfocadas a lograr una mejor gestión y no solo dirigidas a conseguir grandes titulares de prensa. Poniendo siempre a todos los canarios y las canarias en el centro del sistema público para potenciar los servicios de uso ciudadano básicos y esenciales.

Como sociedad, como colectivo, Canarias se ha enfrentado en los últimos años a desafíos de un calado nunca visto antes en nuestra historia reciente. En un periodo marcado por importantes cambios, las islas han logrado superar la pandemia como problema de salud pública y la gran incidencia que tuvieron las restricciones en la movilidad social forzadas por el coronavirus en nuestro principal sector productivo, el turismo. También la crisis económica derivada de la agresión armada rusa en Ucrania, que ha provocado turbulencias en los mercados de materias primas y, principalmente, en los precios de la energía y los combustibles. Dos situaciones de riesgo internacional, con indiscutible incidencia directa en las islas, a las que se sumó en septiembre de 2021 la erupción del volcán en la isla de La Palma. Una catástrofe que sepultó casas y fincas agrícolas en tres municipios del Valle de Aridane, pero que puso de relieve la solidaridad de toda la sociedad canaria con los vecinos y las vecinas afectados por la erupción en El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte.
Estos tres hitos recientes -la pandemia, la guerra en Ucrania y el volcán de La Palma- han sometido a Canarias a fuertes tensiones en sus recursos públicos y en su capacidad de respuesta real ante las adversidades. Y han provocado, además, cambios importantes que ningún colectivo social ni, por supuesto, ninguna organización política puede soslayar para resituar a Canarias en las mejores condiciones posibles para analizar todo lo ocurrido y trabajar con perspectiva para responder a las necesidades del presente, pero también para continuar planificando nuestro futuro como país a medio y a largo plazo.

Porque Canarias no puede conformarse. Como sociedad tenemos que estar en alerta constante para acertar en el rumbo que debemos tomar, siendo conscientes de la importancia del momento que vivimos y de los profundos cambios sociales y económicos provocados por los últimos acontecimientos antes citados en el plano regional, estatal e internacional. Y en Coalición Canaria ya sumamos 30 años de defensa de Canarias y sabemos que las decisiones que afectan al presente y al futuro de nuestras ocho islas no pueden ser fruto de la improvisación, ni mucho menos de una imposición desde el Estado o desde Europa. Porque los nacionalistas canarios estamos convencidos de que deben ser las islas y sus más de 2,2 millones de habitantes las que definan qué Canarias queremos. Y, sobre todo, qué es lo que debemos hacer para alcanzar las mejores metas. Desde la convicción de que las cosas no ocurren porque sí y que los avances se conquistan cuando hay compromiso de país, un plan claro para la acción política y unos objetivos definidos.
Desde esta idea de unión, de fuerza común desde el consenso, el Gobierno de Canarias y las administraciones insulares y municipales debemos pensar en la Canarias que deseamos porque tener claro ese objetivo básico nos permitirá ser mejores y más fuertes en el futuro. También desde la convicción de dar un trato equitativo a cualquiera de las ocho islas del archipiélago. Ocho territorios insulares distintos, pero que exigen un mismo trato y los mismos derechos.

Un Gobierno que no solo gestione sino que explique y reivindique ante el Estado y ante la Unión Europea quiénes somos Canarias como pueblo, como territorio, y qué necesidades tenemos los canarios y las canarias por nuestra singular situación geográfica, social y económica derivada de la condición de región ultraperiférica, como ya se reconoce en el Tratado Constitucional de la UE, en el Estatuto de Autonomía y en el Régimen Económico y Fiscal (REF).

Un Gobierno de Canarias que trabaje siempre enfocado hacia la construcción de la Canarias que deseamos, con una visión abierta al mundo, pero con la firme convicción de que nuestros derechos como pueblo y como territorio pueden avanzar en una senda de progreso con esfuerzo, trabajo y entusiasmo en una idea de Canarias cuya construcción e impulso nos compete a todos y a todas. Es nuestro objetivo para el nuevo ciclo político que ahora comienza.